Hoy es un día de esos tristes, en el que la vida tiene menos sabor que de costumbre; un día de esos sin "ton" ni "son". Normalmente esos días suelen estar acompañados de cielo gris, frío y gotitas de lluvia golpeando en mi ventana. Sin embargo, hoy hace calor, el cielo está azul y la luz penetra por cada rendija de mi habitación.
Definitivamente, hoy desentono con el mundo, voy al revés en el circuito de la vida.
Una buena amiga esta mañana me dijo que debía a aprender a sumergirme en la marea turbulenta de esos días y reirme de ello. Aprender a desmitificar un mal día, un mal momento o una pequeña crisis hace que ese incómodo trance pase mejor. Yo siempre pequé de ignorar los malos momentos o querer que pasaran rápidamente como si tuviera alguna capacidad de control sobre ellos. Y el resultado siempre fue un doble pesar por no poder hacer nada.
Hoy es un día de esos... ¿y qué? Quizás mañana el cielo se levante gris y yo amanezca respladenciente de alegría. ¡ Así es la vida!