viernes, 12 de julio de 2013

Reflexión



La vida desde el otro lado del cristal parece distinta. Cuando los prejuicios se desvanecen, las pupilas vibran distinto al contemplar el mundo. Las cosas materiales no son tan sólidas, las apariencias no son tan aparentes y lo sutil cobra protagonismo.
La vida desde el otro lado del cristal es tan distinta… Si te miro, si te miro de verdad, comprendo quién eres en un solo instante, por encima de tu pelo, tu color de ojos, tu vestimenta y tu pose ante el mundo. Si contemplo (si los contemplo de verdad) el mar, los árboles, la luna, el sol y las estrellas, me hago uno con ellos, me diluyo en el agradable fluir del Universo, y mi “yo” se empequeñece y engrandece a la vez.
La vida desde el otro lado del cristal es tan distinta,,, Pero qué difícil es, a veces, romper el dichoso cristal.

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